Qué es mejor para mi proyecto: ¿empezar con web o app?

Escoger bien la plataforma sobre la que construir tu proyecto no es una cuestión menor y tiene un claro impacto en el negocio. Tomar la decisión de empezar con web o con app sigue siendo aún a día de hoy un auténtico quebradero de cabeza para muchas startups y empresas que inician su proyecto digital.

En Reboot vemos muchos de estos casos a menudo y, además, contamos con la experiencia propia de haber tenido que afrontar esta preguntas varias veces en el pasado: qué es mejor para mi proyecto, ¿empezar con web o app?

Hoy os queremos dejar con algunos puntos clave que os ayuden a reflexionar y a tomar la decisión correcta en vuestro caso.

Modelo de negocio

Como ya hemos hablado en artículos anteriores, el negocio condiciona en gran medida al producto.

Debemos entender cómo nuestro proyecto va a generar ingresos y cuál es el modelo que hay detrás. Por ejemplo, si se trata de un modelo basado en una alta recurrencia y repetición por parte del usuario, seguramente nos interese explorar la creación de una app.

Este es claramente el caso de los juegos móviles que necesitan crear ese hábito en el jugador a través del acceso y la recompensa instantánea. A partir de aquí, pueden monetizar a través de los impactos publicitarios o de las compras in-app, pero en ambos casos es necesario crear esa recurrencia prácticamente diaria en el jugador que sólo una aplicación te ofrece.

Sin embargo, los juegos no son los únicos productos con un modelo de negocio basado en una alta recurrencia. Determinados marketplaces como Uber (ride-hailing) o Deliveroo (food delivery) también adoptaron aplicaciones móviles desde el primer momento debido a la alta recurrencia de su modelo.

Por otro lado, si la recurrencia no es un factor clave de tu modelo de negocio seguramente puedas empezar por una web, muchos ecommerce se encuentran en esta categoría.

En resumen:

  • Si tu modelo de negocio aspira a una recurrencia inferior a 1 semana, una aplicación móvil tiene mucho sentido
  • Si tu modelo de negocio cuenta con una recurrencia superior a 1 semana, una web es la mejor opción
  • Distribución

    Una vez tenemos claro cómo ganamos dinero y en qué tipo de modelo se define nuestro negocio, toca hablar de distribución. La distribución determina los canales a través de los cuales haremos llegar nuestro producto al usuario o cliente.

    Construir una app o una web va a determinar qué canales tenemos disponibles para distribuir nuestro producto, por lo que es muy importante detectar que no estamos descartando un canal que puede ser vital para nuestro negocio.

    La fricción

    De entrada, hemos de saber que generar una descarga para nuestra app normalmente será más difícil -y por lo tanto más caro- que generar una visita a nuestra web. Esto se debe sencillamente a la fricción que requiere un proceso y otro. Para conseguir una descarga necesitamos que el usuario entre en la tienda, tenga espacio suficiente en su dispositivo y superar su evaluación sobre si merece la pena instalar una nueva app.

    En cambio, resulta más sencillo dirigir tráfico a una web simplemente a través de su enlace. La fricción es mucho menor y el esfuerzo cognitivo que requiere por parte del usuario también lo es.

    La agilidad

    La agilidad y velocidad de distribución es también un punto importante a tener en cuenta. Actualmente, las aplicaciones se distribuyen a través de las dos principales tiendas: App Store para iOS y Google Play para Android. Esto quiere decir que cualquier cambio que realicemos no sólo implica generar una nueva versión de nuestra app, sino que ha de pasar el filtro de la dos plataformas antes de que se encuentre disponible para los usuarios.

    Esto se traduce en tiempo. Tiempo para generar nuevas versiones y tiempo de aprobación por parte de las tiendas, que suele variar de la App Store o Google Play pero normalmente se encuentre entre 1 y 3 días laborables para cada nueva actualización.

    Si necesitas agilidad para poder realizar cambios rápidos y sobre la marcha, entonces definitivamente deberías construir una web donde controlar la velocidad de distribución y poder realizar hot-fixes en cuestión de minutos y no de días.

    Los canales

    ¿Cuáles serán los principales canales de distribución? Veamos algunos de ellos y su incidencia si se trata de una web o app.

  • SEO. Si el posicionamiento en buscadores es uno de los principales canales entonces necesitamos construir nuestro producto en web. Es cierto que existe el ASO para el posicionamiento en las tiendas de aplicaciones, pero es mucho menos accionable y predecible que el SEO.
  • SEM. Del mismo modo, si el SEM es importante para la distribución de tu producto lo mejor es empezar en web. Como ocurre con el SEO, también existe la correspondiente versión del SEM para las tiendas de aplicaciones donde podemos pujar por ciertas palabras clave, pero no tiene la misma profundidad ni alcance que su versión de navegador.
  • Performance Marketing. Los anuncios funcionan muy bien tanto si nuestro producto es web o app y, pese a que el coste de instalación es superior al del simple click, de entrada no debería ser un motivo para descartar una u otra opción.
  • B2B / Partnerships. Si el canal principal es la venta directa o acuerdos deberíamos valorar otros puntos para decantarnos finalmente por web o app.
  • Público objetivo

    El tipo de usuario al que nos dirigimos también es un factor a tener en cuenta y para ello hemos de valorar sus características y rasgos. ¿Qué edad tienen? ¿Cuáles son sus hábitos? ¿En qué tipo de entorno se desenvuelven y dónde encaja mi producto? Por ejemplo, puede ser que trabajen en un entorno desktop, pero en casa y para ocio su uso sea principalmente mobile. ¿Nuestro producto va enfocado a sus horas laborales o de ocio?

    Obtener una radiografía completa de nuestro usuario nos permitirá concretar si una app o una web encaja mejor con sus hábitos y costumbres. No debemos confundir cliente con usuario, muchas veces estas dos facetas se dan en la misma persona pero no siempre tiene que ser así. Por ejemplo, puede que el cliente de nuestro producto sea la empresa pero el usuario sus trabajadores.

    Recursos

    Los recursos que disponemos para nuestro proyecto es también un factor que hará determinar la balanza de uno u otro lado. Generalmente, el coste de desarrollo de una app suele ser superior al de una web. Esto es así por muchos motivos, uno de ellos es que existen muchas más herramientas, soluciones y frameworks en web para hacer determinadas cosas que nos evitan partir de cero.

    Por supuesto, tanto una app como una web es mucho más de lo que se ve y existen partes comunes que se han de desarrollar igualmente en ambos casos como el backend, la base de datos o el panel de administración si se requiere.

    Hablando de costes, también hemos de tener en cuenta el peaje que hemos de pagar a las tiendas de aplicaciones cuando vendemos bienes digitales o "digital assets". En el caso de Apple es un 15% si facturamos menos de 1 millón anual y de un 30% en el caso de la Play Store.

    Afortunadamente, el factor coste cada vez es menos relevante cuando nos decidimos entre web o app gracias a frameworks como React Native o Flutter que están consiguiendo cerrar el círculo entre desarrollo web y mobile.

    Experiencia de usuario

    Por último, pero no por ello menos importante, la experiencia de usuario es también fundamental y esto va a venir marcado por el tipo de producto que estamos construyendo.

    Empecemos por un caso fácil: los juegos. Si tu producto es un juego necesitas una app. No hay más. Necesitas ofrecer una experiencia inmediata, responsiva, sin latencia y que pueda hacer uso de los recursos del dispositivo. La experiencia de usuario es core para cualquier juego, de forma que no es algo que podamos sacrificar.

    ¿Todos los negocios necesitan esta experiencia nativa? Ni mucho menos. Hoy en día se pueden crear grandes productos en web que incluso pueden tener acceso a ciertas funciones nativas del sistema como la geolocalización o la cámara. Por ello es muy importante plantear una experiencia Mobile First desde el inicio, de forma que no sólo la web sea perfectamente usable desde dispositivos móviles, sino que su experiencia se acerque al máximo al de una app nativa.

    De hecho, en esta dirección nos encontramos las PWA (Progressive Web Apps) que empresas como Twitter o Aliexpress ya están utilizando. Las PWA se encuentran a medio camino entre las páginas web y las aplicaciones móviles y, gracias al uso de Service Workers y otras tecnologías, consiguen una experiencia más cercana a la de una app móvil.

    Incluso es posible instalar una PWA como una aplicación más y realizar tareas que antes sólo estaban reservadas para las apps nativas como recibir notificaciones o funcionar sin conexión a Internet.

    Conclusiones

    En definitiva, la elección de construir nuestro producto en web o en app es fundamental pues tiene un impacto directo en nuestro modelo de negocio, la forma en que captaremos usuarios, cuánto nos costarán estos usuarios, de cuántos recursos deberemos disponer o qué tipo de experiencias podremos ofrecer.

    En Reboot os podemos ayudar con esta y muchas otras preguntas que suelen surgir antes de iniciar el desarrollo de un producto digital, definiendo juntos una primera versión que valida hipótesis de negocio pero también que ofrezca una experiencia de usuario acorde.