En septiembre del año pasado presentamos Reboot, un estudio de producto digital con alma de startup, donde queríamos unir diseño y tecnología para crear buenos productos que resuelvan problemas y tengan impacto.
Hoy se cumple aproximadamente un año y queríamos compartir algunos aprendizajes que hemos adquirido por el camino.
Posicionar correctamente un producto en el mercado puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso. Algo similar ocurre con los estudios y agencias: hay muchísimas. Destacar en un mercado que se mueve principalmente por reconocimiento de marca y referencias es complicado, especialmente cuando estás empezando.
Nuestro posicionamiento siempre ha sido el mismo: somos un estudio de producto digital.
El problema está en que cuando empiezas no tienes demasiado claro qué eres cuando dices “estudio de producto digital”. Esto sumado a que los inicios son duros y la inclinación natural es aceptar toda oportunidad que llega, nos han hecho aceptar algunos proyectos que se alejaban de lo que queríamos ser. Algunos ejemplos:
Posicionar implica decir no a proyectos y durante este año hemos aprendido a hacer precisamente eso. A decir no a proyectos que por interesantes que fueran en lo económico, se alejaban de la visión que tenemos para Reboot.
Otro de los mayores aprendizajes ha sido cómo valoramos nuestro trabajo y cobramos por ello. Esto ha cambiado drásticamente el cashflow de la empresa, la previsibilidad y la gestión del crecimiento.
Inicialmente ofrecíamos un modelo mixto de precio cerrado o precio por horas según el proyecto. La realidad era que todos los proyectos acababan en un modelo de precio cerrado porque tradicionalmente suele ser en el que más cómodo se siente el cliente.
Nuestro error fue creer que se puede poner un precio cerrado a un trabajo donde todo está por hacer y todo se hace a medida. En el Estudio creamos proyectos desde 0 y lo hacemos porque no creemos que imponer barreras previas en forma de plantilla, plataforma o tecnología sea lo ideal para crear el mejor producto.
Esto implica que muchas decisiones se van tomando a medida que avanzamos, y si llegamos a un callejón sin salida damos la vuelta y volvemos a replantearlo. Es un proceso vivo. Así es como se crean los productos que todos usamos y amamos. Ningún buen producto surgió de una hoja de especificaciones cerrada.
Volviendo al hilo, esta forma de trabajar y de concebir el producto implica que no podíamos seguir ofreciendo un precio cerrado a nuestros proyectos, así que a partir de Enero pasamos todos nuestros proyectos a precio por horas y no aceptamos ninguno que no sea en este formato.
Funciona más o menos de la siguiente manera:
No es un modelo perfecto y tiene algunos problemas, como por ejemplo el hecho de que a medida que generas más valor en menos tiempo va en detrimento de tu negocio. Esto implica tener que realizar ajustes en tu valor/hora cada cierto tiempo, pero es sin duda un modelo mucho más sano y sostenible para el Estudio.
Durante este año también hemos aprendido a dotar de mayor estructura a nuestros procesos. Cuando decimos que tenemos ADN startup lo decimos de verdad, con todo lo que ello conlleva. Tomamos decisiones rápidas, llevamos la iniciativa y preferimos pedir perdón a pedir permiso. Sin embargo, esto puede llegar a generar cierta incertidumbre en el cliente en determinados puntos del proceso.
Por ello hemos trabajado -y seguimos haciéndolo- en crear una estructura y procesos que permitan dar visibilidad en todo momento de dónde nos encontramos y contribuyan a reducir la incertidumbre.
Por supuesto, esto no va a cambiar nuestra filosofía y no convertiremos el crear producto en un proceso burocrático lleno de presentaciones o informes que no aportan nada. Siempre preferiremos invertir ese tiempo en construir, iterar y mejorar.
Si tenéis curiosidad por saber cómo nos organizamos internamente, Notion nos funciona muy bien, tanto para gestionar nuestra empresa como los proyectos con clientes. En este artículo explicamos en más detalle cómo lo hacemos.
Nuestro objetivo es crear el mejor Estudio de producto digital del mundo. Para ello tenemos que generar las condiciones idóneas para que esto suceda: retos estimulantes, libertad creativa, ownership y buenas condiciones. El talento de producto es escaso y muy buscado por compañías con recursos infinitamente superiores a los nuestros, por lo que tenemos jugar otras cartas.
Concebimos Reboot como un espacio que permite explorar y profundizar constantemente nuevas formas de aproximarse al producto. Cada proyecto que abordamos es diferente: en interfaces, en tecnologías, en procesos o en herramientas. Y creemos que esto es un lujo para los que realmente aman trabajar creando productos digitales.
Por el camino también queremos volver a retomar la creación de contenido. Sin duda, creemos que es un asset muy valioso para atraer talento, clientes y generar comunidad, y en Reboot siempre estamos aprendiendo y aplicando nuevas tecnologías, técnicas o herramientas en nuestros proyectos.
Seguimos.